Bogotá, la vibrante capital de Colombia, es algo más que una ciudad de gran altitud, clima fresco y rica cultura. Es una ciudad en primera línea de la lucha contra el cambio climático, que está transformando su paisaje urbano con políticas y acciones innovadoras.
Esta dedicación le ha valido a Bogotá un codiciado puesto en la lista A del CDP, destacando su liderazgo en la mitigación y adaptación al cambio climático.
Bogota en la lista A del CDP
Bogotá es una de las 120 ciudades de todo el mundo que en 2023 recibieron la máxima calificación en materia de acción climática por parte del CDP. Solo el 13 % de las ciudades que se calificaron en el 2023 recibieron una calificación de A. Las ciudades de la A-List impulsan la acción climática, adoptando cuatro veces más medidas de mitigación y adaptación climática que las ciudades que no forman parte de la A-List.
Una visión para el cambio
Ante retos como el aumento de las precipitaciones, el riesgo de inundaciones y la vulnerabilidad a las olas de calor, Bogotá se ha embarcado en un ambicioso viaje para construir un futuro sostenible. En el centro de esta transformación se encuentra el Plan de Acción Climática (PAC) de la ciudad, cuyo objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 15% para 2025, un 20% para 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
Como miembro activo de la red de Ciudades C40, Bogotá colabora con otras metrópolis mundiales para compartir conocimientos y estrategias de lucha contra el cambio climático.
Objetivos y acciones de mitigación
Revolucionar la movilidad urbana
Una piedra angular de la estrategia de mitigación de Bogotá es la acción sobre el transporte público. La expansión del sistema de autobuses de tránsito rápido (BRT) tenía por objeto reducir la dependencia de los vehículos privados y disminuir las emisiones. Como complemento, se ha construido la primera línea de metro de la ciudad, que ofrece una opción de transporte de alta capacidad y bajas emisiones.
La flota de transporte público de Bogotá también se está volviendo ecológica con la introducción de autobuses eléctricos, para reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire. El Regiotram, el primer tren eléctrico de Colombia para el transporte intermunicipal, conectará los municipios circundantes con Bogotá, aliviando aún más la congestión del tráfico y reduciendo la contaminación. Además, una política integral sobre la bicicleta anima a los ciudadanos a utilizarla como medio de transporte sostenible.
Energía Renovable
La ciudad avanza a pasos agigantados en el campo de las energías renovables, con paneles solares en los edificios públicos e incentivos para promover la energía solar en las zonas residenciales. La eficiencia energética es también una prioridad, con la implantación de normas para los nuevos edificios y la adaptación de las estructuras existentes para reducir el consumo de energía.
Replanteamiento de la gestión de residuos
Se están ampliando los programas de reciclaje en toda la ciudad para reducir los residuos de los vertederos y disminuir las emisiones de metano, mientras que las iniciativas de compostaje de residuos orgánicos convierten los restos de cocina en valioso abono para la agricultura urbana, reduciendo al mismo tiempo las emisiones de metano.
Estrategias de adaptación y resiliencia
Aumentar la resiliencia con infraestructuras verdes
Para combatir el calor urbano y gestionar las aguas pluviales, Bogotá está invirtiendo en infraestructuras verdes. Se están creando y manteniendo parques urbanos y corredores verdes que mejoran la biodiversidad, proporcionan espacios recreativos muy necesarios y mejoran la calidad del aire. Los tejados y muros verdes se están convirtiendo en algo habitual, mitigando el efecto isla de calor urbano y gestionando mejor las aguas pluviales.
También hay una estrategia para consolidar 21 bosques urbanos -en 452 hectáreas potenciales- con especies autóctonas de gran valor para la biodiversidad plantadas por toda Bogotá. Proyectos como Ecobarrios involucran a las comunidades locales en prácticas sostenibles, promoviendo el reverdecimiento urbano, la gestión de residuos, el uso sostenible del agua y la energía, la economía circular y el uso de fuentes de energía renovables no convencionales.
Dominio de la gestión del agua
Para gestionar la amenaza de inundaciones, Bogotá ha puesto en marcha proyectos de restauración del río Bogotá y sus afluentes para mejorar el flujo de agua y reducir el riesgo de inundaciones. También se están protegiendo y restaurando los humedales de la ciudad para que actúen como sistemas naturales de retención y filtración del agua.
Se están implantando Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) para gestionar eficazmente las aguas pluviales. Estos sistemas se integran con otras infraestructuras de gestión del agua, aumentando la capacidad de la ciudad para hacer frente a las fuertes lluvias y mejorando la calidad general del agua.
Parte de esta estrategia consiste en construir infraestructuras resistentes al clima. Por eso Bogotá está aplicando códigos y normas de construcción que exigen técnicas de construcción resistentes a las inundaciones en las zonas vulnerables.
Comprometer a la comunidad
Bogotá reconoce que la participación de la comunidad es clave para el éxito de la acción climática. Los sistemas integrales de recopilación de datos climáticos hacen un seguimiento de los avances e informan a las políticas, mientras que los programas de ciencia ciudadana involucran a la población local en el monitoreo ambiental, fomentando una mayor conciencia y participación pública.
Las iniciativas educativas en escuelas y comunidades -como las «Escuelas de Formación en Cultura Ambiental basadas en vigías culturales del agua y la vida»- promueven prácticas sostenibles, garantizando que la próxima generación esté bien equipada para continuar la lucha contra el cambio climático. Campañas de concienciación pública y programas innovadores como «Mujeres que reverdecen» capacitan a las mujeres en jardinería y agricultura urbana, mejorando sus perspectivas laborales y contribuyendo a los esfuerzos ecológicos de la ciudad.
Proyectos pioneros
Los proyectos innovadores están en el centro de la estrategia climática de Bogotá. El proyecto Bogotá Calle 116 cuenta con 3,87 kilómetros de carriles bici y más de 50.000 metros cuadrados de aceras diseñadas para una movilidad segura e integradora. Se instalaron Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUD) en los espacios públicos de la plaza de La Alambra y la avenida Córdoba para reducir el impacto de las inundaciones, mostrando un diseño urbano respetuoso con el medio ambiente.
El proyecto piloto del Parque San Cristóbal estudia los procesos de los SUDS con el fin de mejorar la gestión de las aguas pluviales. Por su parte, el Life-Lab CONEXUS aborda los retos de las zonas de transición urbano-rural, diseñando soluciones basadas en la naturaleza para gestionar la expansión urbana y mejorar los servicios ecosistémicos.
El proyecto SALURBAL TRUST examina las repercusiones sanitarias de TransMiCable, un sistema de teleférico que conecta zonas desatendidas con el resto de la ciudad. Los resultados muestran que el 80% de los desplazamientos de los residentes se hacen en transporte público y que TransMiCable les ahorra 22 minutos por trayecto.
El projecto euPOLIS tiene como objetivo mejorar la salud pública en las ciudades introduciendo soluciones basadas en la naturaleza en las prácticas de planificación urbana.
Esto significa que los expertos del projecto aprovechan lo mejor de la naturaleza para regular y mejorar la biodiversidad, incorporando diversos aspectos AZULES (agua) y VERDES (vida vegetal) de la naturaleza en espacios abiertos urbanos donde pueden intensificar el bienestar de las personas en términos de condiciones climáticas, ecológicas y socioeconómicas. Nuestra metodología introduce varios procedimientos analíticos que hacen que el proceso sea más transparente y abierto a un mayor soporte informático.
Conclusión
El enfoque multifacético de Bogotá para abordar el cambio climático demuestra un fuerte compromiso con la sostenibilidad, la resiliencia y el bienestar de sus ciudadanos. Al integrar los esfuerzos de mitigación, las estrategias de adaptación y las soluciones basadas en la naturaleza, la ciudad pretende crear un entorno urbano más sostenible y resiliente, capaz de soportar los retos que plantea el cambio climático. El compromiso permanente con las redes internacionales y la participación proactiva de las comunidades locales son elementos cruciales que apoyan la visión de Bogotá de un futuro sostenible.